jueves, diciembre 19, 2013

Grimes: melodías minimalistas para una noche de fin de verano


“Visions”, el último álbum de Grimes, propone ante todo una atmósfera, una sutil maquinaria de sensaciones delicadas como filigrana. El viaje musical que despliega esta excéntrica teenager canadiense parece más susurrado que cantado, las notas flotan en un aura de noche de verano, como efímeros destellos de aurora boreal entremezclados con resplandores desenfocados de luces de neón y semáforos y luminarias intermitentes de ciudad aletargada.

Grimes posee esa cualidad, tan escasa entre los artistas, de sugerir inmediatamente un aire familiar en la mente de quien escucha; esas insólitas reminiscencias que nos evocan algo conocido y que, sin embargo, cuando revisamos en la memoria no remiten a nada concreto. “Visions” posee una esencia arquetípica de la música electrónica postpunk, en esas misteriosas melodías se encuentra la presencia de clásicos como Kraftwerk, Depeche Mode, Gitane Demone, DÖF o Visage, además de productos más recientes en el quehacer electrónico como Apoptygma Berzerk o Wolfsheim. También es innegable la evocación de producciones “celestiales” como This Mortal Coil, The Gathering o Julee Cruise así como de propuestas frontalmente poperas como Madonna, Kylie Minogue o Suzanne Vega.

El resultado, a pesar de sugerir un desfile de “influencias”, no tiene parangón en la música de ayer y hoy. La propuesta de Claire Boucher aporta algo inefablemente nuevo y refrescante. La atmósfera que consolida “Visions” es íntima, minimalista, coqueta, a la vez lúcida e ingenua, y portadora de una nostalgia sumergida en el Zeitgeist que determina la era crepuscular que nos toca vivir. Entre la melancolía prerrafaelista de la herencia gótica y el travieso espíritu blasé del más colorido pop contemporáneo, el álbum en cuestión nos transporta como la etérea brisa de una noche templada, hacia un pequeño refugio en el intersticio purpureo que separa la noche del día, la algarabía de la melancolía, la ensoñación del sueño profundo, el presente oscuro del pasado diáfano: un bonzai musical donde la vanidad y la profundidad abismal de la vida se reconcilian en un affaire efímero y extravagante pero portador de una innegable belleza.

Así es Claire Boucher, así es Grimes, así es “Visions”.